sábado, 28 de mayo de 2011

Dulce princesa de hielo

Dulce como la princesa de hielo. Triste como ella misma. Eterna vida preocupada por sus fallos, por sus errores, y nunca aprendió a vencerlos. Siempre fue juzgada y nadie nunca esperó nada bueno de ella. Triste vida. Ira en el interior. Hierática. Dulce rencor, inolvidables recuerdos. ¿Pensamos que la vida es injusta? realmente piensa que si, la vida te ofrece cosas, que puedes superar o no, cosas que puedes llevar a cabo o con las que puedes meter la pata. La princesa de hielo vivía en un mundo ilícito, que nunca le ofrecía una oportunidad, vivía en su castillo de hielo, sola. Realmente nunca supe el final de esta historia lúgubre, solo se que nunca le deparaba nada bueno. El orgullo se apoderaba de su magia interior. Pedir perdón no era lo suyo. Simplemente sé que dijo: "todo el mundo comete errores, nadie es perfecto, y con esto quiero pedir perdón".
Su vida continúa, ella en determinados momentos de su existencia, disfruta de instantes jubilosos e indelebles. Y a veces es verdad que se arrepiente de haber nacido, pero no obstante sigue adelante, tropezando con esas piedras que le hacen sentirse insegura y nefasta, sintiendo cada día como la vida le abraza y se acerca a ella, y le susurra en el oído la errata que no debe cometer. Ella ahora está triste, decaída. Pero mientras habla piensa que es fuerte, y eso le hace sentir bastante bien. Afable como la princesa de hielo.

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